Hola amigos,
Me estaba acordando hoy del blog y de que hace mucho tiempo que no os escribía. Pensando en eso he caído en la cuenta de que empecé una entrada antes de que llegara mayo de este año pero que no llegué a publicar (supongo que pensaba completarla con más cosas, pero al final se quedó en nada). Así que después de tooodo este tiempo he decidido copiarla tal cual a pesar de que ahora mismo no tenga mucho sentido por el motivo que empecé a escribirla, porque aún así creo que puede seguir siendo interesante para algunas personas. Sin más dilación ahí lo dejo:
Como sabemos se acercan las fechas de elección de plazas, y como no 966 compañeros (gracias ministerio por retirar a pocos días de la elección 2 de las plazas... como si ya no fueran pocas) se encaminan a sus respectivas unidades a iniciar el arduo pero gratificante periodo de especialización. Es por ello que me precipito con esta entrada para que tengáis todavía más información si cabe del mundo que vais a descubrir muy pronto.
Mayo es realmente el mes en el que cumpliré un año de residencia y donde pasaré, increíblemente, ¡a ser una R mayor!. Todavía no comprendo como puede pasar el tiempo tan rápido... supongo que necesitar una agenda pegada a mi para recordar las miles de cosas que tengo siempre por hacer ayuda a que eso sea así. En cualquier caso, vengo a contaros resumidamente mi primer año de residencia, vengo a poner en una balanza lo positivo y lo negativo que me llevo de él.
LO MEJOR
Descubrir este ámbito de la enfermería que tanto me gusta y que tanto tiene todavía que mostrarme. Me encanta sentir que puedo aportar, más bien, que debo aportar a la profesión para que cada día sea mejor. Formarme más y mejor para poder actuar, ayudar, cuidar, sentir, comprender, comunicar... todo en uno, todo por y para la mujer en conjunto con su entorno y familia. Sentirme cada día mejor profesional, en definitiva.
Este periodo me ha hecho crecer profesionalmente sin duda, sin obviar el crecimiento a nivel personal. Recuerdo estar recién salida del cascarón temiendo el momento de entrar a trabajar en una planta y no tener ni idea de cómo empezar, qué hacer o qué decir. Tenemos una estupenda preparación en España, pero tras este (casi) año, defiendo todavía más la necesidad de especialización también en enfermería. Me ha aportado no solo conocimientos y habilidades que son totalmente necesarios, si no también seguridad, saber estar, confianza, algo necesario para la salud de la población y como no, para mantener nuestras propias coronarias a salvo.
A MEJORAR
En casi todo podemos encontrar áreas de mejora, el matronerío no iba a ser menos. Incluso me atrevería a decir, a pesar de mi corta experiencia, que es uno de los ámbitos que más cambios y más unificación de criterios precisa. No porque no existan criterios comunes y evidenciados, porque los hay, si no porque sencillamente los profesionales de la mujer (generalizando al máximo), pensamos que la mayor evidencia que pueda existir es el "a mi me va bien así" o "quien será esa cochrane que se cree que sabe más que yo". Por desgracia me podría pasar horas escribiendo sobre expresiones que dejan bastante que desear.
En otras palabras, podemos llamarlo egocentrismo, falta de humildad o poca apertura de mente, pero en este mundo es raro ver a dos hospitales que trabajen tan siquiera parecido, incluso hospitales de la misma ciudad tienen índices totalmente diferentes, y ya no hablemos de la variabilidad clínica entre las propias matronas del mismo servicio. Bajo mi punto de vista no se puede tolerar, y creo que existe la necesidad de renovarse, de unificar y de exigir criterios mínimos en cada centro. No me vale que digas que a ti las episiotomías (por ejemplificar) te van bien con todas las mujeres y que la guía del ministerio solo dice tonterías, y por supuesto a las que no les vale de nada, es a las mujeres que confiando en tu profesionalidad van a ese paritorio a ponerse en tus manos. No se debe permitir.
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Me gustaría hablar específicamente de la residencia de matrona en Granada, pero creo más oportuno hablar de ello una vez finalice la residencia. A partir del 20 de Mayo (y una vez mi vida vuelva a su cauce tras el lío que me imagino que tendré por entonces), me decidiré a contaros cómo ha sido con sus pros y sus contras la residencia por mi hospital.
Os dejo nurseritos, espero que sigáis siendo muy felices con lo que hacéis y más todavía con lo que está por llegar.
¡¡Un abrazo muy grande para todos!!
Me estaba acordando hoy del blog y de que hace mucho tiempo que no os escribía. Pensando en eso he caído en la cuenta de que empecé una entrada antes de que llegara mayo de este año pero que no llegué a publicar (supongo que pensaba completarla con más cosas, pero al final se quedó en nada). Así que después de tooodo este tiempo he decidido copiarla tal cual a pesar de que ahora mismo no tenga mucho sentido por el motivo que empecé a escribirla, porque aún así creo que puede seguir siendo interesante para algunas personas. Sin más dilación ahí lo dejo:
Como sabemos se acercan las fechas de elección de plazas, y como no 966 compañeros (gracias ministerio por retirar a pocos días de la elección 2 de las plazas... como si ya no fueran pocas) se encaminan a sus respectivas unidades a iniciar el arduo pero gratificante periodo de especialización. Es por ello que me precipito con esta entrada para que tengáis todavía más información si cabe del mundo que vais a descubrir muy pronto.
Mayo es realmente el mes en el que cumpliré un año de residencia y donde pasaré, increíblemente, ¡a ser una R mayor!. Todavía no comprendo como puede pasar el tiempo tan rápido... supongo que necesitar una agenda pegada a mi para recordar las miles de cosas que tengo siempre por hacer ayuda a que eso sea así. En cualquier caso, vengo a contaros resumidamente mi primer año de residencia, vengo a poner en una balanza lo positivo y lo negativo que me llevo de él.
LO MEJOR
Descubrir este ámbito de la enfermería que tanto me gusta y que tanto tiene todavía que mostrarme. Me encanta sentir que puedo aportar, más bien, que debo aportar a la profesión para que cada día sea mejor. Formarme más y mejor para poder actuar, ayudar, cuidar, sentir, comprender, comunicar... todo en uno, todo por y para la mujer en conjunto con su entorno y familia. Sentirme cada día mejor profesional, en definitiva.
Este periodo me ha hecho crecer profesionalmente sin duda, sin obviar el crecimiento a nivel personal. Recuerdo estar recién salida del cascarón temiendo el momento de entrar a trabajar en una planta y no tener ni idea de cómo empezar, qué hacer o qué decir. Tenemos una estupenda preparación en España, pero tras este (casi) año, defiendo todavía más la necesidad de especialización también en enfermería. Me ha aportado no solo conocimientos y habilidades que son totalmente necesarios, si no también seguridad, saber estar, confianza, algo necesario para la salud de la población y como no, para mantener nuestras propias coronarias a salvo.
A MEJORAR
En casi todo podemos encontrar áreas de mejora, el matronerío no iba a ser menos. Incluso me atrevería a decir, a pesar de mi corta experiencia, que es uno de los ámbitos que más cambios y más unificación de criterios precisa. No porque no existan criterios comunes y evidenciados, porque los hay, si no porque sencillamente los profesionales de la mujer (generalizando al máximo), pensamos que la mayor evidencia que pueda existir es el "a mi me va bien así" o "quien será esa cochrane que se cree que sabe más que yo". Por desgracia me podría pasar horas escribiendo sobre expresiones que dejan bastante que desear.
En otras palabras, podemos llamarlo egocentrismo, falta de humildad o poca apertura de mente, pero en este mundo es raro ver a dos hospitales que trabajen tan siquiera parecido, incluso hospitales de la misma ciudad tienen índices totalmente diferentes, y ya no hablemos de la variabilidad clínica entre las propias matronas del mismo servicio. Bajo mi punto de vista no se puede tolerar, y creo que existe la necesidad de renovarse, de unificar y de exigir criterios mínimos en cada centro. No me vale que digas que a ti las episiotomías (por ejemplificar) te van bien con todas las mujeres y que la guía del ministerio solo dice tonterías, y por supuesto a las que no les vale de nada, es a las mujeres que confiando en tu profesionalidad van a ese paritorio a ponerse en tus manos. No se debe permitir.
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Me gustaría hablar específicamente de la residencia de matrona en Granada, pero creo más oportuno hablar de ello una vez finalice la residencia. A partir del 20 de Mayo (y una vez mi vida vuelva a su cauce tras el lío que me imagino que tendré por entonces), me decidiré a contaros cómo ha sido con sus pros y sus contras la residencia por mi hospital.
Os dejo nurseritos, espero que sigáis siendo muy felices con lo que hacéis y más todavía con lo que está por llegar.
¡¡Un abrazo muy grande para todos!!
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